Sinopsis
1° Acto
La pequeña Juana (Johanna) busca refugio en una noche tormentosa y agitada en los brazos de su madre. Gudrun es una pagana sajona, la cual fue raptada por el padre de Juana (Johanna), el sacerdote del pueblo, en uno de sus viajes misionarios a Ingelheim.
Ya que el padre se encuentra nuevamente de viaje, Juana (Johanna) convence a su madre de que le cuente relatos sobre los dioses prohibidos. Las figuras de los relatos de la madre toman una forma concreta en la viva fantasía de Juana – los dos cuervos y los mensajeros de los dioses Hugin y Munin están presentes y se manifiestan ante sus ojos.
Inesperadamente el padre y hermano de Juana (Johanna) irrumpen en la casa. Gudrun está muy sorprendida, ya que los esperaba dentro de unos días. El canónigo está enfurecido, ya que Gudrun le cuenta a su hija relatos sobre los dioses paganos. Extremadamente enojado, manda a sus hijos fuera del cuarto y maltrata a Gudrun. A solas, Juana evoca la presencia de los dos cuervos una vez más en su mente.
Al mismo tiempo, en Roma, el jóven Anastasio es introducido en las prácticas de negocios sangrientas de la nobleza: Al rechazar Teodoro, un funcionario pontificio, una instancia de la familia, Arsenio manda asesinarlo ante los ojos de su hijo. Deja claro al mozo asustado, que este atentado ha sido un acto político legítimo y lo obliga por juramento a revindicar el derecho de poder de su familia. Arsenio tiene grandes planes para su hijo: Quiere que algún día Anastasio sea Papa. Acto seguido lo manda a Aachen. En la corte del emperador deberá entablar relación con el Emperador Lothar, para que, en su debido momento, éste le ayude a ocupar el trono papal.
En Ingelheim, el sabio viajero Esculapio descubre el talento de Juana (Johanna). En realidad, su misión era recoger a su hermano Juan (Johannes) para llevárselo a la escuela de la Catedral de Dorstadt. Más, al Juana revelar sus aptitudes para el estudio en el momento preciso, Esculapio quiere presentarla en la escuela de la catedral. El padre niega su consentimiento y echa al sabio. El que una mujer pudiera leer y escribir superaba la imaginación del canónigo. En la creencia de tener que exorcizar al diablo de su hija, castiga a Juana (Johanna) de forma brutal.
La noche siguiente, Juan (Johannes) y Juana (Johanna) se escapan de casa con el fin de huir de la tiranía de su padre. Se unen a Esculapio, el cual acampa cerca del pueblo en compañia de sus ayudantes.
Esculapio lleva a los niños a Dorstadt y los presenta al obispo lujurioso Fulgentio, el cual celebra una fiesta por todo lo alto. Este está algo sorprendido de que una niña sea educada en la escuela catedrática.
Además tiene un invitado, que refureza su duda. El hijo de la nobleza romana Anastasio está convencido de la discapacidad intelectual de las mujeres.
Como resultado de la sugerencia del margrave Geroldo, inicia un interrogatorio con Juana (Johanna) - creyendo firmamente, que la niña fracasaría. Pero tuvo que convencerse de lo contrario: es puesto en evidencia ante los invitados por la pequeña niña que así pone prueba de su inteligencia. Fulgencio afilia a Juana a la escuela y encomienda su custodia al margrave Geroldo - muy contrario a la voluntad de su esposa Richild.
En la escuela Juana (Johanna) hace grandes progresos, pero es molestada habitualmente por sus compañeros, porque no es aceptada como niña. Cuando su intercesor Esculapio anuncia su despedida para tomar un puesto junto al trono papal, se encuentra sola y totalmente aturdida. Geroldo consigue animar a una Juana (Johanna) ya hecha mujer, ofreciéndole acompañarle a la feria de St. Denis. En el colorido movimiento en la calles al día siguiente, Juana (Johanna) vive un encuentro lúgubre: Una adivina le promete gran poder, pero también pecado y sufrimiento.
Geroldo le compra a Juana (Johanna) un pergamento en la feria, en el cual se ha plasmado una construcción hidráulica. En secreto, algunos días más tarde, construye esta forma mecánica y sorprende a Juana (Johanna) en medio del bosque mostrándole la misma. En la alegría de lo sucedido y conseguido, Juana y Geroldo encuentran su amor el uno por el otro. Mas este amor es observado desde la distancia desaprobatoria por Richild, la esposa de Geroldo.
Al Geroldo anunciar su despedida para unirse a las tropas imperiales, Richild toma provecho de su ausencia para deshacerse de Juana: organiza el casamiento con el hijo de un herrero. Geroldo no habrá de tener noticia de este suceso. Mientras tanto, en la corte imperial, intenta contrarrestar las intrigas de un viejo conocido. Anastasio se ha concertido en persona de confianza del Emperador Lothar e intenta convencer al regente valeidoso de su marcha militar hacia Roma. Anastasio tiene como centro de sus objetivos el ocupar el trono papal a resultas de esa marcha. Geroldo consigue al fin convencer a Lothar de desistir de esa atrevida maniobra política - muy a desagrado de Anastasio.
Mientras Juana (Johanna) está arrodillada ante todos los invitados a la boda ante el altar, irrumpe una horda de normandos en la iglesia. Los guerreros sanguinarios matan a toda la gente allí reunida. Solo Juana (Johanna) pudo esconderse a tiempo. En esta situación supuestamente sin salida evoca la protección de sus acompañantes imaginarios Hugin y Munin. Aún siendo la única superviviente, cree que su existencia ha sido destruida. Además piensa que Geroldo la ha abandonado. En esta situación desesperada toma la identidad de su hermano Juan (Johannes), el cuál ha sido asesinado en el asalto y emprende camino hacia convento de Fulda. Pero a partir de ahora tendrá que hacerse pasar por un hombre.
2° Acto
En su disfraz, Juana (Johanna) encuentra refugio en el monasterio de Fulda. Con el nombre de hermano Juan (Johannes) ha llegado a ser un médico de renombre gracias a su sabiduría. Sobre todo el abad Rabano estima su inteligencia y su educación, ya que Juana (Johanna) le ha sido de gran ayuda en la construcción de su biblioteca.
Anastasio ha vuelto entre tanto a Roma para poder seguir sus ambiciones. Arsenio le presenta a la cortesana Marioza, en cuyo burdel se encuentran los más poderosos de la ciudad para divertirse y hacer negocios. A cambio de una sustanciosa cantidad de dinero Marioza le posibilita una posición muy cercana al Papa.
En el monasterio de Fulda Juana (Johanna) recibe una visita: El padre de Juana (Johanna) viene con la intención de reencontrarse con su hijo Juan (Johannes). A lo largo de una disputa entre los dos, el padre descubre el secreto de Juana (Johanna). Pero antes de poder anunciar nada, sufre de un repentino ataque al corazón que acaba con su vida. Juana (Johanna) solamente puede explicarse este giro del destino, considerando la influencia de los dos cuervos en los acontecimientos ocurridos.
El abad Rabano también es testigo de la existencia verdadera de Juana (Johanna), pero no la revela. Por orden del mismo, Juana (Johanna) decide huir y se une a un grupo de peregrinos en dirección Roma.
Después de algún tiempo Juana (Johanna) se hace un nombre como médico en Roma. Mas sufre por la soledad, ya que tiene siempre que cubrir su verdadera identidad. Su reputación como médico llamado Juan Angélico (Johannes Angelikus) es impecable, la cual ha llegado también a oidos del palacio laterano. El Papa Sergio yace enfermo en su interior. Precisamente el antiguo maestro de Juana, Esculapio, el cual ahora es mayordomo papal, busca al jóven médico para asistir al Papa en su enfermedad.
Entre tanto, Anastasio es cardenal y dirige junto al lecho del Papa sus asuntos oficiales con la máxima discreción. Ya que está en la posición de influenciar el destino y los acontecimientos, no tiene interés en que el jefe eclesiástico mejore. Juana se hace cargo como Juan Angélico (Johannes Angelikus) del cuidado de Sergio contra la voluntad de Anastasio. Esculapio ha reconocido a su antigua alumna y le ruega seguir en el palacio laterano bajo su falsa indetidad.
Rápidamente Juana (Johanna) consigue la curación y recuperación del Papa Sergio así como un rápido ascenso en la corte. Como persona de confianza del Pontífice Sergio, consigue poner el foco de atención del mismo en los intereses del pueblo. Los habitantes de Roma ven a Juan Angélico (Johannes Angelikus) como su intercesor. Mas una nueva desgracia se avecina: El emperador Lothar marcha con sus tropas en dirección a Roma. Detrás de ello está un nueva estrategia política de Anastasio.
Al entrar Lothar con sus soldados a Roma, Juana (Johanna) ha levantado la construcción hidráulica que hacía muchos años había estudiado con Geroldo. Como por orden de Dios se abren y cierran las puertas de la Catedral de San Pedro. Los seguidores de Lothar están convencidos de que ha ocurrido un milagro y se someten al Papa. Al Emperador Lothar no le queda más salida que reconocer la regencia del Papa Sergio.
Con las tropas imperiales, también Geroldo ha llegado a Roma, el cual reconoce la contrucción antigua y sabe de inmediato que Juana (Johanna) tiene que estar detrás de esta hazaña.
En una disputa entre ambos, Geroldo puede convencer a Juana (Johanna) que las acusaciones de Richild no eran más que mentiras.
Una vez más Anastasio ha perdido la oprtunidad de ser Papa. Arsenio tiene preparada la próxima conspiración: Durante una comida de celebración envenena al Papa y lo asesina.
Al mismo tiempo tiende una trampa a Juan Angélico (Johannes Angelikus), osea Juana (Johanna), y lo hace encarcelar. Arsenio y Anastasio celebran su victoria.
En las mazmorras Juana espera su sentencia. Mas Eculapio aparece con su séquito y anuncia, de que ha sido elegida por el pueblo de Roma como el nuevo Papa. Geroldo intenta impedir que Juana (Johanna) tome posesión del cargo, mas ella está totalmente decidida a tomarlo. Aún teniendo sus dudas, Geroldo decide seguir la relación en secreto con Juana (Johanna).
Entre gritos de alborozo y alegría el Papa Juan (Johannes) es presentado ante el pueblo de Roma. Los habitantes lo llaman el Papa Populi, el Papa del pueblo. Y en efecto Juana (Johanna) empieza a mejoprar las condiciones de vida del pueblo. La ira de Anastasio es ahora, tras una nueva derrota, mayor que nunca. En contra de los reparos de su padre, anuncia querer apoderarse del trono usando la violencia en la procesión de Pascua del día siguiente. Quiere subir al trono de cualquier manera.
Para Juana (Johanna) el destino toma un giro totalmente dramático. Está embarazada y ha decidido dejar Roma junto a Geroldo después de la procesión de Pascua. Mas esto nunca sucederá. Durante la procesión, Anastasio manda a secuestrar a Geroldo y lo asesina con sus propias manos.
Escandalizada por los acontecimientos, Juana (Johanna) sufre un aborto en las escaleras de la Basílica de San Pedro y muere a causa de ello. Roma es ahora testigo de los imposible. Juana revela su verdadera identidad en el momento de su muerte.
Pero el cariño de Roma no se pierde por este suceso. Mientras la curia intenta borrar de los libros de la historia la deshonra que suponen estos hechos, la leyenda de Juana (Johanna) queda plasmada en el recuerdo del hombre. A partir de ahora será llamada: "La papisa".
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